CAPITULO III

SEGUNDO OBSTÁCULO: LA HISTORIA DEL ARTE COMO PARTE DE LA HISTORIA DE LAS CIVILIZACIONES

Un portentoso conocimiento de la literatura de las siete u ocho principales lenguas europeas en sus manifestaciones principales (poesía, teatro, filosofía, teología, física, geografía, medicina) de la antigüedad clásica, a través de la Edad media, hasta nuestros días, y un conocimiento igualmente profundo de las imágenes de todo género (pinturas, miniaturas, dibujos, grabados, pinturas sobre vidrio, sobre cerámica, etc.), permiten a Panofsky relacionar textos e imágenes, encontrando el “ sentido”, por lo general oculto y en todo caso invisible, de una imagen en su “fuente literaria”.

La mayor endeblez de la teoría de Panofsky está precisamente en la separación que establece entre “forma” y “contenido” (aunque él pretenda lo contrario) y el establecimiento de relación de los “contenidos” (o significaciones internas) con lo que él llama “las tendencias generales y esenciales del espíritu humano”.

En una obra de arte la forma no puede separarse de un “contenido”: La distribución de los colores y de las líneas, de la luz y de la sombra, de los volúmenes y de las superficies, por agradable que sea como espectáculo visual, debe ser comprendida también como portadora de un sentido que es más que únicamente visual. (Panofsky, op.cit.,p 168).

El propio Max Dvorák escribía en 1920: “el arte no consiste únicamente en la solución de los problemas y la evolución de las tareas que conciernen a la forma; es también, siempre y principalmente, la expresión de las ideas que dominan en la humanidad, su historia tanto como su religión, su filosofía o su poesía. Es una historia general de espíritu.

Esta concepción ha impregnado la práctica de la historia del arte hasta nuestros días, no sólo en Alemania y el los países anglosajones.

La dificultad del problema que se nos plantea proviene enteramente del hecho de que el artista depende en ciertos aspectos de la comunidad, no sólo, lo cual es evidente, sobre el plano económico, sino también en un sentido mucho más sutil y que debería constituir el objeto de un análisis psicológico.

“La sociología del arte se presentará como una problemática, que trata de precisar, en lo concreto, tanto los problemas que conciernen a la especificidad de las técnicas – soporte indispensable del objeto figurativo- como aquellos que atañen a los mecanismos de una actividad mental concebida como un medio original de expresión, inasimilable al lenguaje hablado como a todos los demás modos de intelectualización de los fenómenos. Será esencialmente una problemática de lo imaginario, querrá definir las estructuras originales del objeto así como las relaciones del objeto figurativo con los demás productos de la técnica y de la imaginación…”.

COMENTARIO PERSONAL

Todo arte tiene reglas sin reglas no existiese. Las formas y los colores, sus posiciones y los contenidos son uno solo y todo debe llevar armonía.

La sociedad forma al hombre, y este a la sociedad pero no cabe duda que la fuerza de un conjunto influye en el pensar, en el actuar, en el expresarse y los gustos que se tengan porque una sociedad constituye la forma de ser de cada ser humano.